Hebrews Chapter 10

This letter exhorts new Christians to no longer observe traditional rituals and ceremonies, for in Christ they have already been fulfilled.

Biblia Reina Valera 1865

10 : 1 Porque la ley teniendo solo la sombra de los bienes venideros, y no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que ofrecen continuamente cada un año, hacer perfectos a los que se allegan.

10 : 2 De otra manera habrían cesado de ser ofrecidos; porque los que dan culto, purificados una vez, no tendrían más conciencia de pecado.

10 : 3 Empero en estos sacrificios cada año se hace el mismo recordamiento de los pecados.

10 : 4 Porque es imposible que la sangre de los toros y de los machos de cabrío quite los pecados.

10 : 5 Por lo cual entrando en el mundo, dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, mas a mí me apropriaste un cuerpo:

10 : 6 Holocaustos y expiaciones por el pecado no te agradaron.

10 : 7 Entonces dije: Héme aquí, (en la cabecera del libro está escrito de mí,) para que haga, oh Dios, tu voluntad.

10 : 8 Diciendo arriba: Sacrificio y ofrenda, y holocaustos, y expiaciones por el pecado, no quisiste, ni te agradaron, las cuales cosas se ofrecen según la ley:

10 : 9 Entonces dijo: Héme aquí para que haga, oh Dios, tu voluntad. Quita lo primero, para establecer lo segundo.

10 : 10 Por la cual voluntad somos los santificados, por medio de la ofrenda del cuerpo de Jesu Cristo hecha una sola vez para siempre.

10 : 11 Y ciertamente todo sacerdote está en pie cada día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados;

10 : 12 Pero éste, habiendo ofrecido por los pecados un solo sacrificio, está asentado para siempre a la diestra de Dios,

10 : 13 Esperando lo que resta, es a saber, hasta que sus enemigos sean puestos por escabelo de sus pies;

10 : 14 Porque con una sola ofrenda hizo consumados para siempre a los santificados.

10 : 15 Y el Espíritu Santo también nos lo testifica: que después que dijo:

10 : 16 Este es el concierto que yo haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré;

10 : 17 Y nunca más ya me acordaré de sus pecados e iniquidades.

10 : 18 Pues en donde hay remisión de estos, no hay ya más ofrenda por pecado.

10 : 19 ¶ Así que, hermanos, teniendo libertad para entrar en el lugar santísimo por la sangre de Jesu Cristo,

10 : 20 Por un nuevo camino, y vivo, que él mismo consagró para nosotros, por medio del velo, es a saber, por su carne;

10 : 21 Y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios;

10 : 22 Acerquémosnos a él con corazón verdadero, en cumplida certidumbre de fe, asperjados los corazones, y limpios de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura,

10 : 23 Retengamos firme la confesión de nuestra esperanza, inmoble; (que fiel es el que ha prometido;)

10 : 24 Y considerémosnos los unos a los otros para provocarnos a amor, y a buenas obras:

10 : 25 No dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.

10 : 26 Porque si pecamos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda sacrificio por los pecados;

10 : 27 Sino una horrenda expectación de juicio, y hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.

10 : 28 El que menospreciare la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere sin ninguna misericordia:

10 : 29 ¿Cuánto pensáis que será más digno de mayor castigo, el que hollare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del concierto con la cual fue santificado, y ultrajare al Espíritu de gracia?

10 : 30 Porque sabemos quién es el que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará su pueblo.

10 : 31 Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo.

10 : 32 Traéd empero a la memoria los días primeros, en los cuales después de haber sido iluminados, sufristeis gran combate de aflicciones:

10 : 33 De una parte, ciertamente, mientras fuisteis hechos el hazmereír tanto por oprobios como por tribulaciones; y de otra parte ínterin fuisteis hechos compañeros de los que de aquel modo eran tratados.

10 : 34 Porque os compadecisteis también de mí en mis cadenas, y aceptasteis con gozo la rapiña de vuestros bienes, conociendo que tenéis para vosotros mismos una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.

10 : 35 No perdáis pues esta vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón;

10 : 36 Porque la paciencia os es necesaria, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, recibáis la promesa.

10 : 37 Porque aun un poquito de tiempo, y el que ha de venir vendrá, y no tardará.

10 : 38 Mas el justo vivirá por fe; empero si se retirare, no se complacerá mi alma en él.

10 : 39 Mas nosotros no somos de los de retiramiento para perdición, mas de fe para ganancia del alma.