Hebrews Capítulo 4
This letter exhorts new Christians to no longer observe traditional rituals and ceremonies, for in Christ they have already been fulfilled.
Biblia Reina Valera 1865
4 : 1 Temamos, pues, no sea que, habiéndonos sido dejada una promesa de entrada en su reposo, parezca a alguno de nosotros quedar frustrado de ella.
4 : 2 Porque también a nosotros nos ha sido anunciada la buena nueva como a ellos; mas la palabra oída no les aprovechó a ellos, no siendo mezclada con fe en aquellos que la oyeron.
4 : 3 Entramos empero en el reposo los que hemos creído, de la manera que dijo: Así que juré en mi ira, si entrarán en mi reposo: aun acabadas las obras desde el principio del mundo.
4 : 4 Porque en un cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día.
4 : 5 Y otra vez aquí, Si entrarán en mi reposo.
4 : 6 Así que pues que resta que algunos han de entrar en él, y que aquellos a quiénes primero fue anunciado el evangelio, no entraron por causa de la incredulidad,
4 : 7 Determina otra vez un cierto día, diciendo por David: Hoy, tanto tiempo después; como está dicho: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones.
4 : 8 Porque si Josué les hubiera dado el reposo, nunca habría él hablado, después de esto, de otro día.
4 : 9 Así que queda el sabatismo para el pueblo de Dios.
4 : 10 Porque el que ha entrado en el reposo de él, ha reposado también él mismo de sus propias obras, como Dios reposó de las suyas.
4 : 11 ¶ Esforcémosnos, pues, a entrar en aquel reposo, a fin de que ninguno caiga en el mismo ejemplo de incredulidad.
4 : 12 ¶ Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos; y que alcanza hasta partir el alma, y aun el espíritu, y las coyunturas, y tuétanos; y que discierne los pensamientos, y las intenciones del corazón.
4 : 13 Y no hay criatura alguna que no sea manifiesta en su presencia: antes todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.
4 : 14 Teniendo pues un gran sumo sacerdote, que penetró los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos firme nuestra profesión.
4 : 15 Que no tenemos un sumo sacerdote que no se pueda resentir de nuestras flaquezas; mas tentado en todo según nuestra semejanza, sacado el pecado.
4 : 16 Lleguémosnos, pues, confiadamente al trono de su gracia, a fin de alcanzar misericordia, y hallar gracia para el auxilio oportuno.