Mark Capítulo 14
Mark wrote a short, concise and action-filled Gospel. His goal was to deepen the faith and dedication of the community for which he wrote.
Biblia Reina Valera 1865
14 : 1 Y era la pascua, y los días de los panes sin levadura dos días después; y procuraban los príncipes de los sacerdotes y los escribas como le prenderían por engaño, y le matarían.
14 : 2 Mas decían: No en el día de la fiesta porque no se haga alboroto del pueblo.
14 : 3 Y estando él en Betania en casa de Simón el leproso, y sentado a la mesa, vino una mujer teniendo un vaso de alabastro de ungüento de nardo puro de mucho precio, y quebrando el alabastro, se lo derramó sobre su cabeza.
14 : 4 Y hubo algunos que se enojaron dentro de sí, y dijeron: ¿Para qué se ha hecho este desperdicio de ungüento?
14 : 5 Porque podía esto ser vendido por más de trescientos denarios, y darse a los pobres. Y bramaban contra ella.
14 : 6 Mas Jesús dijo: Dejádla: ¿por qué la molestais? buena obra me ha hecho.
14 : 7 Porque siempre tenéis los pobres con vosotros, y cuando quisiereis, les podéis hacer bien; mas a mí no siempre me tenéis.
14 : 8 Esta, lo que pudo, hizo: se ha anticipado a ungir mi cuerpo para la sepultura.
14 : 9 De cierto os digo, que donde quiera que fuere predicado este evangelio en todo el mundo, también esto que ha hecho ésta, será dicho para memoria de ella.
14 : 10 Entonces Júdas Iscariote, uno de los doce, fue a los príncipes de los sacerdotes, para entregársele.
14 : 11 Y ellos oyéndolo se holgaron, y prometieron que le darían dineros. Y buscaba oportunidad como le entregaría.
14 : 12 ¶ Y el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando sacrificaban la pascua, sus discípulos le dicen: ¿Dónde quieres que vayamos a prepararte, para que comas la pascua?
14 : 13 Y envía dos de sus discípulos, y les dice: Id a la ciudad, y os encontrará un hombre que lleva un cántaro de agua, seguídle;
14 : 14 Y donde entrare, decíd al señor de la casa: El Maestro dice: ¿Dónde está el aposento donde tengo de comer la pascua con mis discípulos?
14 : 15 Y él os mostrará un gran cenadero aparejado, aderezad para nosotros allí.
14 : 16 Y fueron sus discípulos, y vinieron a la ciudad, y hallaron como les había dicho, y aderezaron la pascua.
14 : 17 Y llegada la tarde, vino con los doce.
14 : 18 Y como se sentaron a la mesa, y comiesen, dice Jesús: De cierto os digo, que uno de vosotros, que come conmigo, me ha de entregar.
14 : 19 Entonces ellos comenzaron a entristecerse, y a decirle cada uno por sí: ¿Seré yo? y el otro: ¿Seré yo?
14 : 20 Y él respondiendo, les dijo: Es uno de los doce, que moja conmigo en el plato.
14 : 21 A la verdad el Hijo del hombre va, como está de él escrito; mas ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del hombre es entregado! Bueno le fuera, si no hubiera nacido el tal hombre.
14 : 22 Y estando ellos comiendo, tomó Jesús pan, y bendiciendo lo rompió, y les dio, y dijo: Tomád, coméd, éste es mi cuerpo.
14 : 23 Y tomando la copa, habiendo dado gracias, les dio; y bebieron de ella todos.
14 : 24 Y les dice: Esta es mi sangre del nuevo testamento, que por muchos es derramada.
14 : 25 De cierto os digo, que no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día, cuando lo beberé nuevo en el reino de Dios.
14 : 26 ¶ Y como hubieron cantado un himno, se salieron al monte de las Olivas.
14 : 27 Jesús entonces les dice: Todos seréis escandalizados en mí esta noche, porque escrito está: Heriré al pastor, y serán dispersas las ovejas.
14 : 28 Mas después que haya resucitado, iré delante de vosotros a Galilea.
14 : 29 Entonces Pedro le dijo: Aunque todos sean escandalizados, mas no yo.
14 : 30 Y le dice Jesús: De cierto te digo, que tú, hoy, en esta misma noche, antes que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces.
14 : 31 Mas él con más vehemencia decía: Si me fuere menester morir contigo, no te negaré. También todos decían lo mismo.
14 : 32 Y vienen al lugar que se llama Getsemaní, y dice a sus discípulos: Sentáos aquí, entre tanto que oro.
14 : 33 Y toma consigo a Pedro, y a Santiago, y a Juan, y comenzó a atemorizarse, y a angustiarse en gran manera.
14 : 34 Y les dice: Del todo está triste mi alma hasta la muerte: esperád aquí, y velád.
14 : 35 Y yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró, que si fuese posible, pasase de él aquella hora;
14 : 36 Y dijo: Abba, Padre, todas las cosas son a ti posibles; aparta de mi esta copa; empero no lo que yo quiero, sino lo que tú.
14 : 37 Y vino, y los halló durmiendo; y dice a Pedro: ¿Simón, duermes? ¿No has podido velar una hora?
14 : 38 Velád, y orád, para que no entréis en tentación: el espíritu a la verdad está presto, mas la carne enferma.
14 : 39 Y volviéndose a ir, oró, y dijo las mismas palabras.
14 : 40 Y vuelto, los halló otra vez durmiendo; porque los ojos de ellos estaban cargados, y no sabían que responderle.
14 : 41 Y vino la tercera vez, y les dice: Dormíd ya, y descansád. Basta: la hora es venida: he aquí, el Hijo del hombre es entregado en manos de pecadores.
14 : 42 Levantáos, vamos: he aquí, el que me entrega está cerca.
14 : 43 Y luego, aun hablando él, vino Júdas, que era uno de los doce, y con él mucha gente con espadas y palos, de parte de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas, y de los ancianos.
14 : 44 Y el que le entregaba les había dado una señal, diciendo: Al que yo besare, aquel es: prendédle, y llevádle seguramente.
14 : 45 Y como vino, se llegó luego a él, y le dice: Maestro, Maestro, y le besó.
14 : 46 Entonces ellos echaron en él sus manos, y le prendieron.
14 : 47 Y uno de los que estaban allí, sacando la espada, hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja.
14 : 48 Y respondiendo Jesús, les dijo: ¿Cómo a ladrón, habéis salido con espadas y con palos a tomarme?
14 : 49 Cada día estaba con vosotros enseñando en el templo, y no me tomasteis. Mas es así para que se cumplan las Escrituras.
14 : 50 Entonces dejándole todos sus discípulos huyeron.
14 : 51 Empero un mancebo le seguía cubierto de una sábana sobre el cuerpo desnudo; y los mancebos le prendieron.
14 : 52 Mas él, dejando la sábana, se huyó de ellos desnudo.
14 : 53 ¶ Y trajeron a Jesús al sumo sacerdote; y se juntaron a él todos los príncipes de los sacerdotes, y los ancianos, y los escribas.
14 : 54 Pedro empero le siguió de lejos hasta dentro del palacio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los criados, y calentándose al fuego.
14 : 55 Y los príncipes de los sacerdotes, y todo el concilio, buscaban testimonio contra Jesús, para entregarle a la muerte; mas no hallaban.
14 : 56 Porque muchos decían falso testimonio contra él; mas sus testimonios no concertaban.
14 : 57 Entonces levantándose unos, dieron falso testimonio contra él, diciendo:
14 : 58 Nosotros le hemos oído decir: Yo derribaré este templo, que es hecho de manos, y en tres días edificaré otro hecho sin manos.
14 : 59 Mas ni aun así se concertaba el testimonio de ellos.
14 : 60 El sumo sacerdote entonces, levantándose en medio, preguntó a Jesús, diciendo: ¿No respondes algo? ¿Qué atestiguan estos contra ti?
14 : 61 Mas él callaba, y nada respondió. El sumo sacerdote le volvió a preguntar, y le dice: ¿Eres tú el Cristo, el Hijo del Bendito?
14 : 62 Y Jesús le dijo: Yo soy; y veréis al Hijo del hombre asentado a la diestra del poder de Dios, y que viene en las nubes del cielo.
14 : 63 Entonces el sumo sacerdote, rompiendo sus vestidos, dijo: ¿Qué más tenemos necesidad de testigos?
14 : 64 Oído habéis la blasfemia: ¿Qué os parece? Y ellos todos le condenaron ser culpado de muerte.
14 : 65 Y algunos comenzaron a escupir en él, y a cubrir su rostro, y a darle bofetadas, y decirle: Profetiza. Y los criados le herían de bofetadas.
14 : 66 ¶ Y estando Pedro en el palacio abajo, vino una de las criadas del sumo sacerdote;
14 : 67 Y como vio a Pedro que se calentaba, mirándole, dice: Y tú con Jesús el Nazareno estabas.
14 : 68 Mas él negó, diciendo: No le conozco, ni sé lo que te dices. Y se salió fuera a la entrada, y cantó el gallo.
14 : 69 Y la criada viéndole otra vez, comenzó a decir a los que estaban allí: Este es uno de ellos.
14 : 70 Mas él negó otra vez. Y poco después otra vez los que estaban allí, dijeron a Pedro: Verdaderamente tú eres de ellos; porque eres Galileo, y tu habla es semejante.
14 : 71 Y él comenzó a echarse maldiciones y a jurar, diciendo: No conozco a ese hombre de que habláis.
14 : 72 Y el gallo cantó la segunda vez; y Pedro se acordó de las palabras que Jesús le había dicho: Antes que el gallo cante dos veces, me negarás tres veces; y comenzó a llorar.