Acts of the Apostles Capítulo 22
When Jesus left his disciples, the Holy Spirit came to live with them. This book was writtern by Luke to complement his Gospel. He recounts events in the history and action of the early Christian church, showing how faith spread in the Mediterranean world at the time.
Biblia Reina Valera 1865
22 : 1 Varones hermanos, y padres, oíd mi defensa que hago ahora ante vosotros.
22 : 2 (Y como oyeron que les hablaba en lengua Hebrea, le dieron más silencio;) y dijo:
22 : 3 Yo de cierto soy hombre Judío, nacido en Tarso de Cilicia, mas criado en esta ciudad a los pies de Gamaliel, enseñado conforme a la verdad de la ley de los padres, y siendo zeloso de la ley de Dios, como todos vosotros sois hoy.
22 : 4 Que he perseguido este camino hasta la muerte, atando y entregando en cárceles varones y mujeres,
22 : 5 Como también el sumo sacerdote me es testigo, y toda la asamblea de los ancianos: de los cuales también tomando cartas para los hermanos, iba a Damasco, a fin de traer atados a Jerusalem a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados.
22 : 6 Mas aconteció, que yendo yo, y llegando cerca de Damasco, como a medio día, de repente me rodeó mucha luz del cielo;
22 : 7 Y caí en el suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
22 : 8 Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y díjome: Yo soy Jesús el Nazareno, a quien tú persigues.
22 : 9 Y los que estaban conmigo, vieron a la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo.
22 : 10 Y dije: ¿Qué haré, Señor? Y el Señor me dijo: Levántate, y vé a Damasco, y allí te será dicho de todo lo que te está determinado que hagas.
22 : 11 Y como yo no veía por causa de la gloria de aquella luz, llevado de la mano por los que estaban conmigo, vine a Damasco.
22 : 12 Entonces un cierto Ananías, varón piadoso conforme a la ley, que tenía buen testimonio de todos los Judíos que allí moraban,
22 : 13 Viniendo a mí, y presentándose, me dijo: Saulo hermano, recibe la vista. Y yo en aquella misma hora le miré.
22 : 14 Y él dijo: El Dios de nuestros Padres te ha escogido, para que conocieses su voluntad, y vieses a aquel Justo, y oyeses la voz de su boca;
22 : 15 Porque has de ser testigo suyo a todos los hombres de lo que has visto y oído.
22 : 16 Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y sé bautizado, y lava tus pecados, invocando su nombre.
22 : 17 Y me aconteció, vuelto a Jerusalem, que orando en el templo, fui arrebatado fuera de mí,
22 : 18 Y le ví que me decía: Dáte priesa, y sal prestamente fuera de Jerusalem; porque no recibirán tu testimonio de mí.
22 : 19 Y yo dije: Señor, ellos saben que yo encerraba en cárcel, y azotaba por las sinagogas a los que creían en ti;
22 : 20 Y cuando se derramaba la sangre de Esteban tu mártir, yo también estaba presente, y consentía a su muerte, y guardaba las ropas de los que le mataban.
22 : 21 Y me dijo: Vé, porque yo te tengo que enviar lejos a los Gentiles.
22 : 22 Y le oyeron hasta esta palabra; y entonces alzaron la voz, diciendo: Quita de la tierra a un tal hombre; porque no conviene que viva.
22 : 23 Y dando ellos voces, y arrojando sus ropas, y echando polvo al aire,
22 : 24 Mandó el tribuno que le llevasen a la fortaleza; y ordenó que fuese examinado con azotes, para saber por qué causa clamaban así contra él.
22 : 25 Y como le ataban con correas, Pablo dijo al centurión que estaba presente: ¿Os es lícito azotar a un hombre Romano, sin ser condenado?
22 : 26 Y como el centurión oyó esto, fue al tribuno, y le dio aviso, diciendo: Mira lo que vas a hacer; porque este hombre es Romano.
22 : 27 Y viniendo el tribuno le dijo: Díme, ¿eres tú Romano? Y él dijo: Sí.
22 : 28 Y respondió el tribuno: Yo con mucha suma de dinero alcancé esta ciudadanía. Entonces Pablo dijo: Mas yo aun soy nacido ciudadano.
22 : 29 Así que, luego se apartaron de él los que le habían de examinar; y aun el tribuno también tuvo temor, entendido que era Romano, por haberle atado.
22 : 30 Y el día siguiente queriendo saber de cierto la causa por qué era acusado de los Judíos, le soltó de las prisiones, y mandó venir a los príncipes de los sacerdotes, y a todo su concilio; y sacando a Pablo, le presentó delante de ellos.