Mark Capítulo 9
Mark wrote a short, concise and action-filled Gospel. His goal was to deepen the faith and dedication of the community for which he wrote.
Biblia Reina Valera 1865
9 : 1 Díjoles también: De cierto os digo, que hay algunos de los que están aquí que no gustarán la muerte, hasta que hayan visto el reino de Dios que viene con poder.
9 : 2 Y seis días después tomó Jesús a Pedro, y a Santiago, y a Juan, y los sacó aparte solos a un monte alto, y fue transfigurado delante de ellos.
9 : 3 Y sus vestidos fueron vueltos resplandecientes, muy blancos como la nieve, cuales lavador no los puede blanquear en la tierra.
9 : 4 Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús.
9 : 5 Entonces respondiendo Pedro, dice a Jesús: Maestro, bien será que nos quedemos aquí, y hagamos tres cabañas: para ti una, y para Moisés otra, y para Elías otra;
9 : 6 Porque no sabía lo que hablaba, que estaban fuera de sí.
9 : 7 Y vino una nube que los asombró, y una voz de la nube que decía: Este es mi hijo amado, a él oíd.
9 : 8 Y luego, como miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a solo Jesús.
9 : 9 Y descendiendo ellos del monte, les mandó que a nadie dijesen lo que habían visto, sino cuando el Hijo del hombre hubiese resucitado de los muertos.
9 : 10 Y ellos retuvieron el caso en sí altercando que sería aquello: Resucitar de los muertos.
9 : 11 Y le preguntaron, diciendo: ¿Qué es lo que los escribas dicen, que es menester que Elías venga antes?
9 : 12 Y respondiendo él, les dijo: Elías a la verdad, cuando viniere antes, restituirá todas las cosas; y como está escrito del Hijo del hombre; que padezca mucho, y sea tenido en nada.
9 : 13 Empero os digo que Elías ya vino, y le hicieron todo lo que quisieron, como está escrito de él.
9 : 14 ¶ Y como vino a los discípulos, vio una grande multitud al derredor de ellos, y los escribas que disputaban con ellos.
9 : 15 Y luego toda la multitud, viéndole, se espantó, y corriendo a él, le saludaron.
9 : 16 Y preguntó a los escribas: ¿Qué disputáis con ellos?
9 : 17 Y respondiendo uno de la multitud, dijo: Maestro, traje mi hijo a ti, que tiene un espíritu mudo,
9 : 18 El cual donde quiera que le toma, le despedaza, y echa espumarajos, y cruje los dientes, y se va secando; y dije a tus discípulos que le echasen fuera, y no pudieron.
9 : 19 Y respondiendo él, le dijo: ¡Oh generación infiel! ¿hasta cuándo estaré con vosotros? ¿hasta cuándo os tengo de sufrir? Traédmele.
9 : 20 Y se le trajeron; y como él le vio, luego el espíritu le comenzó a despedazar; y cayendo en tierra se revolcaba, echando espumarajos.
9 : 21 Y preguntó a su padre: ¿Cuánto tiempo ha que le aconteció esto? Y él dijo: Desde niño:
9 : 22 Y muchas veces le echa en el fuego, y en aguas, para matarle; mas, si puedes algo, ayúdanos, teniendo misericordia de nosotros.
9 : 23 Y Jesús le dijo: Si puedes creer esto, al que cree todo es posible.
9 : 24 Y luego el padre del muchacho dijo, clamando con lágrimas: Creo, Señor: ayuda mi incredulidad.
9 : 25 Y como Jesús vio que la multitud concurría, riñó al espíritu inmundo, diciéndole: Espíritu mudo y sordo, yo te mando, sal de él, y no entres más en él.
9 : 26 Entonces el espíritu clamando, y despedazándole mucho, salió; y él quedó como muerto, de manera que muchos decían, que era muerto.
9 : 27 Mas Jesús tomándole de la mano, le enhestó, y se levantó.
9 : 28 Y como él se entró en casa, sus discípulos le preguntaron aparte: ¿Por qué nosotros no pudimos echarle fuera?
9 : 29 Y les dijo: Este género de demonios con nada puede salir, sino con oración y ayuno.
9 : 30 ¶ Y salidos de allí, caminaron juntos por Galilea; y no quería que nadie lo supiese.
9 : 31 Porque enseñaba a sus discípulos, y les decía: El Hijo del hombre será entregado en manos de hombres, y le matarán; mas muerto él, resucitará al tercero día.
9 : 32 Mas ellos no entendían esta palabra, y tenían miedo de preguntarle.
9 : 33 ¶ Y vino a Capernaum; y como vino a casa, les preguntó: ¿Qué disputabais entre vosotros en el camino?
9 : 34 Mas ellos callaron; porque los unos con los otros habían disputado en el camino, quién de ellos había de ser el mayor.
9 : 35 Entonces sentándose, llamó a los doce, y les dice: El que quisiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos.
9 : 36 Y tomando a un niño, le puso en medio de ellos; y tomándole en sus brazos, les dice:
9 : 37 El que recibiere en mi nombre a uno de los tales niños, a mí recibe; y el que a mí recibe, no me recibe a mí, sino al que me envió.
9 : 38 Y le respondió Juan, diciendo: Maestro, hemos visto a uno, que en tu nombre echaba fuera los demonios, el cual no nos sigue; y se lo vedamos, porque no nos sigue.
9 : 39 Y Jesús le dijo: No se lo vedéis; porque ninguno hay que haga milagro en mi nombre que luego pueda decir mal de mí.
9 : 40 Porque el que no es contra nosotros, por nosotros es.
9 : 41 Porque cualquiera que os diere un jarro de agua en mi nombre, porque sois de Cristo, de cierto os digo, que no perderá su recompensa.
9 : 42 Y cualquiera que ofendiere a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le sería que le fuera puesta al cuello una piedra de molino, y que fuese echado en la mar.
9 : 43 Mas si tu mano te fuere ocasión de caer, córtala: mejor te es entrar en la vida manco, que teniendo dos manos ir al infierno, al fuego que no puede ser apagado:
9 : 44 Donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.
9 : 45 Y si tu pie te fuere ocasión de caer, córtale: mejor te es entrar en la vida cojo, que teniendo dos pies ser echado en el infierno, al fuego que no puede ser apagado.
9 : 46 Donde su gusano no muere, y su fuego nunca se apaga.
9 : 47 Y si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácale: mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al fuego del infierno:
9 : 48 Donde su gusano no muere, y el fuego nunca se apaga.
9 : 49 Porque todo hombre será salado con fuego, y todo sacrificio será salado con sal.
9 : 50 Buena es la sal; mas si la sal perdiere su sabor, ¿con qué la sazonaréis? Tenéd en vosotros mismos sal; y tenéd paz los unos con los otros.